LA CRUZ: EL PULSO VITAL DEL AMOR

 EVANGELIO DE LA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN SAN MARCOS


Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices».
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan».
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba extrañado. Por la fiesta solía soltarles un preso, el que le pidieran.
Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre.
Pilato les preguntó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?».
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «Crucifícalo».
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?».
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «Crucifícalo».
C. Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!».
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo.
C. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz.
Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»),
C. y le ofrecían vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
C. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».
C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:
S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».
C. También los otros crucificados lo insultaban.
C. Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».
C. (Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, llama a Elías».
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:
S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».





LA CRUZ COMO TRIUNFO DEL AMOR

Gracias por tu sacrificio

Este evangelio me recuerda lo vivido el otro día durante la confirmación de un grupo de jóvenes que, entre catequesis, caminos de Santiago y hermandad del Carmen, llevo siendo su catequista desde que eran pequeños.

Durante la ceremonia –un acto digno de recordar por su recogimiento–, contemplaba el rostro de la Virgen del Carmen y le decía una y otra vez: «Gracias Papá, gracias Mamá, no tengo otra cosa que decir. Gracias». Entonces me acordé de este evangelio, de los catequistas y de los sacrificios que hacemos para que nuestros grupos sigan el camino de la fe a través del mensaje de Jesús. Nuestra constancia, nuestra fortaleza, el seguir con nuestra labor pese a los problemas personales, es una terrenal forma de testimoniar el acto más sublime de amor, que fue el morir en la cruz.

Jesús murió por nosotros para darnos la vida

Tras la confirmación de aquellos jóvenes, ellos se acercaron a mí para darme las gracias. Me sentí lleno de vida, me sentí útil para Él. Así recordé que la vida que nos dio, no fue una vida cualquiera, sino la mejor de las vidas. Esa plenitud no era cualquier cosa, era Cristo dentro de mí.

¿Dónde estamos?

Jesús, pese a sentirse abandonado por los suyos y a ser condenado y humillado a morir en la cruz, siguió mostrando su amor por cada uno de nosotros. Aquí nos podemos peguntar: ¿dónde estamos? Actualmente podemos encontrarnos con cristianos que no practican la Palabra, que la desprecian e incluso se burlan de la imagen de Jesús, ¿dónde está la gratitud por su sacrificio? Además, también nos encontraremos con aquellos que no quieren esforzarse ni comprometerse con el mensaje de Jesús. Y otros que, aunque acudan a todos los actos y misas, son las personas más hipócritas de este mundo. Como se puede comprobar, el evangelio es tan actual como la vida que estamos viviendo.

En definitiva, a Jesús le debemos la vida y por eso creo que nada nos cuesta recordarle, pero ¿de qué forma? Antes de dormir, reza y da las gracias; ayuda siempre a todo el que lo necesite; sonríe y haz de este mundo un lugar mejor; involúcrate en las labores de la Iglesia y si lo haces, no dejes tu trabajo a medias; acude a misa, confiésate y practica el mandamiento más importante: el mandamiento del amor; pero sobre todo, sé coherente, sé catequista dentro y fuera de las clases, sé cristiano dentro y fuera de la Iglesia y sé testimonio de fe durante toda la vida.

ALBERTO RUIZ RICHARTE, CARMELO JOVEN DE SAN FERNANDO ( CÁDIZ )





Comentarios

  1. Ole ese carmelo joven de Andalucia
    Alberto, muchas gracias a ti también
    Concor

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  2. Palabras de experiencia personal, gracias

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  3. Me ha gustado mucho la explicación del evangelio, muy bueno !!

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