CONFÍA EN ÉL, SE VALIENTE

                                                       EVANGELIO DEL 21 DE MARZO 2021

    

        En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra de Dios.









    En este evangelio hay un mensaje claro para mí: valentía, La valentía de la confianza plena en Dios. 

Muchas veces vivimos y actuamos con temor, del tipo que sea, pero eso hace que nos sintamos solos, que nos cerremos a nosotros mismos, a cosas que mucho importan a los ojos, pero poco al alma. Si uno no confía, si teme perder lo que tiene, nunca podrá ser completamente libre. Y es ahí donde entra Dios.

Cuando Él llega lo cambia todo, hay que ser capaces de ver más allá y de darnos cuenta de que sea en la situación que sea nunca vamos a estar solos, hay que aprender a confiar en Dios. La prueba la tenemos ahí delante, la máxima expresión de valentía y confianza en Dios. Pues Jesús pese a tener miedo, acepta su hora, acepta su camino y confía en que su mensaje nos devolverá la vida.

Esa confianza valiente, ese dejarnos llevar hacia Él, hacia su apoyo y cariño sin pensar en nada más, es lo que nos va a acompañar siempre, aunque a veces no seamos capaces de verlo.

Gabi Villanueva Marín, Juniors y Carmelo Joven







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